Jerusalén Hoteles

Ubicado en Jerusalén Este, alojamiento preferido por periodistas y aquellos que disfrutan de su romántico ambiente árabe, este bello hotel de lujo fue residencia palaciega del pasha turco en el siglo XIX. Abrió sus puertas como hotel en 1881, así que es el más antiguo de la ciudad. Sus habitaciones reflejan gustos de épocas pasadas y los exteriores hacen gala de exuberantes jardines y coquetos patios con azulejos y fuentes. Desde el hotel se puede ir andando cómodamente hasta la Ciudad Vieja.

Unos de los hoteles más lujosos y de mayor prestigio de Israel, el majestuoso King David se construyó en los años 30. Dispone de todas las comodidades modernas y de estupendas vistas de la Ciudad Vieja. Este edificio es también por derecho propio un trozo de historia: durante el mandato británico se usó como cuartel general del Ejército Británico y sufrió, por ello, un dramático bombardeo por parte de los sionistas.

Tres establecimientos forman, de hecho, esta pequeña cadena hotelera, con sendas localizaciones en diferentes vecindarios de especial encanto. Este hotel es pequeño y cómodo, ocupa un clásico edificio con muros piedra y buganvilla que trepa por la fachada. Su localización es perfecta, en la Colonia Alemana, un bonito barrio de moda, con multitud de cafés y restaurantes y próximo a los principales atractivos turísticos de la ciudad.

Este encantador hotel se cobija en una tranquila esquina del Barrio Musulmán. Su arquitectura se ha dejado empapar por la elegancia de la Ciudad Vieja: techos abovedados, arcos y piedra vista en las paredes. A pesar de estar tan cerca del bullicio de la Puerta Nueva y de la de Jaffa, su ubicación en una tranquila calle adoquinada la protege del ruido y todo el ajetreo urbano. Tiene habitaciones cómodas, un restaurante y un bar muy bonitos, wifi de libre acceso en todas sus instalaciones, aire acondicionado y televisión por cable.

Este hotel tiene una localización envidiable, a medio camino de los principales atractivos tanto de la parte vieja como de la nueva. Ofrece una estupenda relación calidad/precio, con habitaciones cómodas y espaciosas, además del encanto de ser regentado por una familia. La decoración es pintorescamente anticuada, pero el mantenimiento ha sido y es extraordinario. Dispone de todos los servicios que uno puede esperar un hoteles de mayor tamaño y categoría.

Este bello e inconfundible edificio se encuentra en el palpitante corazón del Barrio Musulmán de la Ciudad Vieja, en concreto en la Vía Dolorosa. Tiene una impresionante colección de arte clásico y moderno y de antigüedades. Sus altos techos albergan una rica historia. Los huéspedes también pueden disfrutar de su bonito café, de su jardín y de las estupendas vistas desde la terraza de la azotea. Las habitaciones son sencillas, pero muy grandes y el desayuno es maravilloso. Hay tanto dormitorios comunales como privados.