Jerusalén Guía de viaje
Acerca de Jerusalén
Pocas ciudades levantan pasiones con tanta fuerza como la Ciudad Vieja de Jerusalén (Yerushalayim en hebreo, Al-Quds en árabe). Sagrada para tres de las mayores religiones del mundo (cristianos, judíos y musulmanes), no es de extrañar que la historia de la ciudad esté marcada por los conflictos políticos y religiosos. Para los cristianos, la Iglesia del Santo Sepulcro es el lugar donde se cree que Jesús fue enterrado tras la crucifixión y tras llevar la cruz a cuestas a lo largo de la Vía Dolorosa. La Cúpula de la Roca, en el Monte del Templo, es el tercer sitio más importante del Islam (tras la Meca y Medina) y ocupa el lugar desde el que se cree que Mahoma ascendió a los cielos. El Muro de las Lamentaciones, al pie del Monte del Templo, es todo lo que queda del segundo templo de Jerusalén y constituye el lugar de oración más importante para los judíos. Con su clima agradable y templado , Jerusalén es un destino único para experimentar de primera mano los contrastes entre lo antiguo y lo moderno, oriente y occidente, lo divino y lo terrenal.
Cualquiera que visite la ciudad por primera vez se da cuenta enseguida de que se encuentra dividida y de que ha vivido muchos periodos de conflictos que todavía siguen vivos en la actualidad. Israel proclamó Jerusalén como su capital en 1950, pero este hecho no está reconocido internacionalmente. La ciudad moderna está dividida en dos partes: Jerusalén Oeste, que ha formado parte del Estado de Israel desde la fundación del país en 1948, y Jerusalén Este, que perteneció a Jordania entre 1948 y 1967, año en que se anexionó a Israel. Jerusalén Oeste constituye la extensa parte judía de la ciudad, que incluye el moderno centro y encarna el crecimiento económico y la prosperidad que el país ha disfrutado desde su creación. Esta zona se caracteriza por sus barrios arbolados, elegantes cafeterías y extrovertida vida nocturna.
Jerusalén Este, por el contrario, tiene un ambiente muy diferente. La zona tiene predominio de población árabe y ofrece un ritmo de vida más relajado, con mercados callejeros en lugar de centros comerciales. Sin embargo, los agujeros de bala que marcan las fachadas de muchas de las casas de estos barrios son un triste recordatorio del conflicto político que aún persiste en Oriente Medio y un claro ejemplo del relativo abandono económico que sufre esta parte de la ciudad. Jerusalén Este tiene una gran presencia policial, en especial debido a la situación política actual.
La Ciudad Vieja se encuentra en medio de estas dos realidades y, con excepción de los museos situados en la parte occidental de la ciudad, es aquí donde se encuentran los principales lugares de interés turístico. Esta pequeña extensión de terreno de menos de un kilómetro cuadrado (200 acres) está repleta de callejuelas laberínticas cercadas por murallas de piedra caliza que datan del siglo XVI, de la época de Solimán el Magnífico. Aquí, el lugar de origen de todas las divisiones históricas y políticas, es donde los visitantes pasan la mayor parte del tiempo. La Ciudad Vieja se divide en cuatro barrios que reciben su nombre de las cuatro comunidades que los habitaron en la Edad Media: árabes, judíos, cristianos y armenios. Su red de estrechas callejuelas ofrece al visitante la posibilidad de retroceder en el tiempo y saborear el bullicioso modo de vida de Oriente Medio. En pocos metros, se puede pasar del ajetreo de un zoco árabe a la calma de un jardín armenio para terminar inmerso en el esplendor de la ciudadela medieval. Hay pocas ciudades en el mundo que exijan y ofrezcan tanto al que la visita por primera vez.
Desde el comienzo de la segunda Intifada (alzamiento palestino) en 2000, se han producido frecuentes ataques terroristas suicidas, gran parte de ellos en Jerusalén. Estos ataques han tenido lugar en varios puntos alrededor de la ciudad y en zonas frecuentadas por turistas, por lo que se debe mantener siempre un alto nivel de vigilancia cuando se viaje a cualquier parte de la ciudad y seguir en todo momento los consejos de la población local.