Estocolmo Guía de viaje
Acerca de Estocolmo
Estocolmo se encuentra en la costa suroeste de Suecia y ocupa un archipiélago de 24.000 isletas surcadas por numerosas vías fluviales, lo cual le confiere un atractivo único que la distingue de otras ciudades del mundo. Más del 30% del área que ocupa la ciudad es agua y otro 30% está formado por parques y espacios verdes, lo que convierte a Estocolmo en una de las capitales más limpias de Europa. Este oasis natural se completa con la impresionante Ciudad Vieja (Gamla Stan), que se ha conservado en muy buen estado a lo largo de los siglos. Este barrio es el epicentro de la ciudad con incontables y prósperos hoteles, bares, restaurantes y tiendas.
Lejos de los encantos de Gamla Stan, la ciudad moderna muestra el diseño innovador y ordenado por el que Suecia es mundialmente conocida. Mucha de la riqueza actual de la ciudad proviene de industrias nuevas como la de las tecnologías de la información y la informática. De hecho, tanto el centro de la ciudad como los nuevos parques tecnológicos están repletos de oficinas de compañías líderes del sector. Todo esto se encuentra muy lejos de los humildes orígenes de la ciudad, que se remontan al siglo XIII y a Birger Jarl, considerado por la mayoría como el fundador de la ciudad, aunque antes de su llegada ya existían varios asentamientos en la zona. La ciudad creció alrededor de Gamla Stan y se desarrolló gracias a su papel clave como centro comercial, cuya influencia se extendía por toda la región del Báltico e incluso más lejos. En la actualidad, Estocolmo es una ciudad europea moderna y próspera que irradia confianza en todos los aspectos, ya sea en el ámbito financiero, cultural, social o gastronómico.
Durante los interminables días de verano, las boutiques y las elegantes terrazas de las cafeterías se llenan de una clientela pudiente y moderna que disfruta de la cultura y del estilo de vida del que tanto hablan las revistas de moda europeas. Estocolmo es, al contrario de lo que podría pensarse, una ciudad con un mezcla étnica muy ecléctica en la que se hablan más de 100 idiomas diferentes y cuya población contiene un 15% de inmigrantes de primera generación. Esta creciente diversidad ha infundido a la capital una energía nueva y ha venido a enriquecer aún más la ya de por sí vibrante escena cultural.
Una típica noche de verano en Estocolmo consiste en sentarse al sol en la terraza de un restaurante a la orilla del agua saboreando pescado fresco, para después dirigirse a a tomar una copa en algunos de los locales más de moda de toda Europa.
Cuando llega el invierno y la oscuridad los residentes locales se dirigen a alguno de los numerosos y acogedores bares que existen en la ciudad. Estocolmo tiene casi tantos restaurantes por persona como París, y alrededor de 150 museos, por lo que siempre hay algo que hacer cuando llega el frío invierno. Algunos años, los canales de la ciudad se congelan, y transforman a la capital de Suecia en uno de los escenarios más asombrosos del mundo para patinar.