Restaurantes en Lisboa

Ubicado en un antiguo almacén remodelado en la zona ribereña, este restaurante con sushi bar atrae a una clientela elegante que gusta de la variedad de ambientes de sus comedores. Se rumorea que uno de los dueños es John Malkovich. El marisco es uno de los puntos fuertes del lugar y, en verano, se puede degustar en la terraza. El único pero es que en ocasiones el estilo se logra a costa de la sustancia.

La época ideal para acudir a este fantástico local bajo el castillo de San Jorge en el barrio de Alfama es el verano. Los aromas de la parrilla son el gancho perfecto para atrapar a los comensales. El pescado fresco se asa sobre las brasas y sin más floritura se sirve al momento.

Parte de un hotel boutique instalado en un antiguo convento del siglo XVII, el espacio del restaurante rebosa encanto: abierto al claustro en verano y recogido en una acogedora sala durante los meses de más frío. La carta se centra especialmente en pescados y mariscos. Como postre hay la opción de escoger entre una amplia variedad de quesos portugueses acompañados de excelentes Oportos.

En esta estupenda casa de comidas te animan a compartir los platos a modo de tapas. En la carta se pueden encontrar boniatos, pulpo y otros productos de temporada que la clientela suele acompañar de sangría de manzana. Utensilios de cocina y viejos recetarios decoran las paredes. El local no se toma a sí mismo muy en serio, así que los comensales tampoco. La comida tiene una excelente relación calidad/precio.

Vale solo la pena ir por la grandeza del escenario, un viejo monasterio cubierto de azulejos, que se otorga el título de cervecería más antigua de Portugal. Sirven con agrado grandes platos de pescado, marisco y carne y, además, en el local tienen su propia pequeña destilería. En verano, dispone de una gran terraza en el exterior.

Este alegre y bullicioso restaurante está siempre lleno y esa atmófera casa bien con su ambientación típica portuguesa. Entre las especialidades de la casa, fritura de bacalao con cebollas, ajo, cilantro y aceitunas; solomillos; chuletas de cerdo; y arroz con pulpo. Aquellos a los que les guste una buena comida no se arrepentirán.