Cosas que ver en Venecia

Torcello parece casi desértico y es difícil de creer que, entre los siglos VII y XIII, contó con unos 30.000 habitantes que se dedicaban al comercio de la lana y la sal. El declive de la ciudad comenzó en el siglo XIV, cuando el sedimento de los ríos convirtieron las aguas alrededor de la isla en ciénagas y trajeron con ellos la malaria. En la visita de esta ciudad fantasma podrá apreciar los comienzos y la arquitectura de las lagunas venecianas. Se puede llegar a la plaza principal cruzando el Puente del Diablo, el único puente medieval que se conserva en Venecia, construido, según la leyenda, por el mismo diablo en tan sólo una noche.

La austera fachada de la Catedral de Santa Maria Assunta, unida por un pórtico a la Iglesia de Santa Fosca, encubre los lujosos mosaicos que cubren los muros. Fundada en el siglo VII y reconstruida en los siglos IX y XI, el complejo es dos siglos más antiguo que la Basílica de San Marco. En el ábside central hay una bella representación de la Virgen y el Cordero, inspirada en las obras de Ravenna.

El mosaico más espectacular es el que se encuentra sobre la puerta principal y es una composición enorme que representa a Cristo y el Juicio Final. Torcello cuenta con su propio museo provincial, el Museo Provinciale Di Torcello, que está dedicado a la historia y evolución de la isla y exhibe obras de diversos periodos, incluyendo la época romana y la véneta. 

 El Palazzo Ducale (que solía ser la residencia del magistrado supremo de Venecia, el Dux, así como el centro político de la ciudad) es una de las visitas obligadas para todo aquel que esté interesado en la historia de Venecia y su anterior imperio. La mejor manera de apreciar la fachada nacarada es desde la laguna. La fachada data de 1365 y es una mezcla de los estilos islámico y gótico. En contraste con las fortificaciones del castillo que solían erigirse allí mismo, se encuentran la indefensa galería y los balcones cubiertos que son todo un ejemplo del legado democrático de la Edad Media. 

El interior es de estilo renacentista y data del siglo XVI, cuando Antonio da Ponte fue empleado para renovar el palacio tras el incendio de 1577. El primer piso acoge principalmente los apartamentos ducales, que están vacios, a excepción de algunas pinturas ejemplares de Titian y Bellini. Es en los pisos superiores donde se situaban las oficinas gubernamentales y donde Tintoreto y Veronese fueron contratados para crear pinturas nuevas para resaltar el poder y la riqueza de la república. El Anticollegio (o sala de espera) cuenta con algunas de las mejores obras del palacio, como son el Bacchus y Ariadne de Tintoretto y la Violación de Europa de Veronese. 

La Sala del Collegio está dominada por las pinturas en el techo de Veronese,  Venecia Triunfante sobre el trono. Pero es la Sala del Maggior Consiglio, la gran sala del tercer piso, la que acoge las obras más espectaculares del palacio. LaVisión del Paraíso de Tintoretto (pintada con la ayuda de su hijo Domenico) es la pintura al óleo más grande del mundo, con un conjunto de 500 figuras. El hijo de Tintoretto es también el autor de los retratos de los primeros 76 duxes. El más memorable es el de la imagen tachada de Marin Falier, el único dux en la historia que intentó suprimir al consejo y proclamarse gobernador absoluto. Falier fue decapitado, pero su notoriedad está aun presente en esta particular imagen. 

Todos los días (09.00-19.00; abril-octubre) y (09.00-17.00; noviembre-marzo).

De pago

 Venecia se centra históricamente en la Isla de Rialto, nombre que proviene del latín rivus altus, que significa río alto. Durante el siglo X, se desarrolló un mercado de provisiones en la isla vecina y por eso, en 1264, se creó el primer puente de madera para unir ambas orillas. El puente colapsó en 1444, debido al peso de una gran multitud que estaban viendo pasar a una comitiva nupcial.

En 1588 se volvió a construir otro puente. Esta vez fue el diseño de Antonio da Ponte (puente arqueado hecho a partir de una piedra única), que ganó a las propuestas de Palladio y Michelangelo. El puente de Da Ponte conservó las tiendas cubiertas del original- hoy en día tiendas muy turísticas y una vez escenario del Mercader de Venecia de Shakespeare. Los visitantes pueden notar que el puente cruza el Canal Grande en un ángulo, para poder así alinearse con la Ruga degli Orefici (Calle de los Orfebres).

Hasta 1854, ésta era la única manera de cruzar el Canal Grande a pie, a través del puente Rialto. Si lo visita de día, asegúrese de volver cuando sea de noche, o incluso mejor, cuando haya niebla, que es cuando el puente parece realmente algo de otro mundo. 

Burano cuenta también con gran número de turistas durante los meses de verano y muchos vénetos suelen acercarse a esta isla de la laguna los fines de semana. Muchos de sus estrechos canales están limitados por casas pintadas en colores brillantes, pintadas por los propios marineros locales, para poder encontrar el camino a casa en los días de niebla. Hoy en día, la principal industria de Burano es el turismo, que suele acudir a la isla por su encaje tradicional, a la venta en muchas tiendas alrededor de la isla.

Una vez comprado el souvenir de encaje de rigor, otros de los encantos de la isla es el pasear por sus canales o simplemente ver la vida pasar desde una de sus cafeterías o restaurantes. Il Gatto Nero (tel: (041) 730 120) es una trattoria muy popular que sirve una comida excelente. La reserva con antelación es necesaria si desea sentarse en una mesa junto al canal.

Napoleón describió la Plaza San Marco como el ‘salón de Europa’. Aquí, los visitantes se pueden sentar en una de las elegantes cafeterías del siglo XVIII (Florian y Caffe Quadri, con mesas al sol, fuera de las sombrías galerías renacentistas) o pueden admirar una de las iglesias más inusuales de Europa, la bizantina Basílica de San Marco. La basílica se fundó en el siglo IX, como santuario de las reliquias de San Marco, cuyo cuerpo se trajo desde Alejandría en un barril de cerdo salado.

Anteriormente, la basílica era una de las capillas privadas de los duxes y se reconstruyó completamente, en el siglo XI, al ser dañada profundamente por un incendio. Construida sobre el plano de una cruz griega, su apariencia oriental se acentúa aún más con los mosaicos dorados que crearon los artesanos de la corte bizantina de Ravenna. Para ver cómo era la iglesia en 1260, hay que echar un vistazo al mosaico sobre el portal izquierdo- uno de los mosaicos más antiguos de la fachada. También en la fachada hay copias de cuatro de los caballos de bronce del Hippodrome de Constantino, que fueron robados durante los saqueos de Constantinopla en 1204, y que ahora son todo un símbolo de la ciudad. Los originales se encuentran en el Museo Marciano, dentro de la iglesia. 

El interior, iluminado por sus mosaicos dorados, acoge muchos de los mayores tesoros de Venecia. En la capilla norte del altar principal se encuentra la venerada figura de la Madonna Nicopeia. La que fue una vez adorada por los emperadores romanos de Constantinopla, fue trasladada a Venecia en 1204, como la Madonna de la Victoria, cuya bendición pasó a ser vital para las campañas militares vénetas. La pantalla de oro que se encuentra detrás del altar, en el que yacen supuestamente los restos de San Marco, es la Pala d´Oro. Adornada con zafiros, esmeraldas, rubíes y con esmaltes de Constantinopla, la Pala d´Oro fue un encargo de Pietro Orseolo, el dux responsable de la reconstrucción de la Basílica. Antes de dejar la basílica, párese a admirar la calzada del siglo XII, un resplandeciente mosaico de cristal y mármol. Hoy en día está un poco desnivelada, a causa de la problemática de Venecia, que se está hundiendo bajo el agua lentamente. Los intentos por evitar la desgracia son palpables si mira hacia la laguna. 

Lunes-sábado (09.45-17.00) y domingo (14.00-17.00).

De pago.

 La mayoría de las mejores pinturas de Venecia se encuentran en los edificios para los que fueron creadas. A pesar de todo, merece la pena visitar la Galleria dell´Accademia. Contenida en la antigua iglesia de Santa Maria della Carita y la Scuola, la galería abrió sus puertas por primera vez en 1750. Las pinturas al óleo eran las favoritas de los genios vénetos. Las pinturas al fresco, muy populares en el interior, no tenían mucho sentido en el húmedo y salado clima de la laguna. Por eso, las pinturas al óleo sobre madera o lienzo (muy común en el norte de Europa) fueron las que predominaron. Las pequeñas pinturas de las salas 4 y 5 son algunas de las mejores de la colección.

La Tempesta de Giorgione, que muestra a una madre desnuda protegiendo a su hijo de la tormenta en las ruinas de una ciudad antigua, está llena de misterio. Se conoce muy poco sobre el artista y el tema de la escena no está muy claro, pero lo que sí es evidente es el juego de sombras y luces que le confiere un profundo dramatismo. Tampoco se debe perder los lienzos, un tanto más grandes que los últimos, de Tintoretto y Veronese, que se encuentran en la sala 10.

Tiziano pintó la Pieta para su propia tumba, demostrando así su extraordinaria habilidad para crear luz con su paleta. La Fiesta en la Casa de Levi, de Veronese, se pintó inicialmente como La Última Cena pero el artista se vio forzado a modificar el tema tras ser clasificado de indecoroso. La sala 21 es una visita imprescindible para admirar el drama y el color de los nueve grandes lienzos en los que Carpaccio representa la Vida de Santa Úrsula. 

Martes-domingo (08.15-19.15), lunes (08.15-14.00).

De pago.

La colección de arte moderno de Peggy Guggenheim es probablemente la más notable de Italia. La rica heredera americana ( una generosa benefactora que ayudó en la promoción de Jackson Pollock) empezó a reunir su colección entre 1938 y 1947. Tras la exposición de la colección en la Biennale de Venecia en 1948, compró el Palazzo Venier dei Leoni, donde vivió hasta su muerte en 1979, dejando todo su patrimonio a la Fundación Solomon R. Guggenheim.

 La colección tiene obras de movimientos como el cubismo, la abstracción europea, el surrealismo y el expresionismo abstracto americano, de gran variedad de artistas como Pollock, Picasso, Kandinsky y Dalí. El jardín de esculturas es precioso y goza de maravillosas vistas del Canal Grande. 

Miércoles-domingo (10.00-18.00); cerrado los martes.