Restaurantes en Venecia

Cerca del puente de Rialto, esta amplia y bulliciosa trattoria ofrece una buena relación calidad/precio que saben apreciar los autóctonos y los turistas por igual. Durante el día, en las mesas corridas sobre los suelos de terracota los clientes codo con codo se dan a la pasta con fagioli (habichuelas) en un ambiente informal. Por la noche, la cosa se pone más seria, con especialidades como calamares en su tinta con polenta o pulpo. Las opciones para carnívoros también son muy buenas: hígado, ternera y buey.

Para absorber la quintaesencia de Venecia hay que disfrutar de una cena romántica con el ser amado en este restaurante del hotel Cipriani. Cuenta con dos terrazas sobre el Gran Canal, en las que la cena se sirve a la luz de las farolas. El menú es un reflejo de la cocina veneciana, con protagonismo de pescados y mariscos. Disponen de un servicio de transporte privado desde la plaza de San Marco, lo que ayuda a añadir glamour a una noche inolvidable.

Como parte de la cadena hotelera Baglioni, muchos comensales conocen de antemano lo exquisita que puede llegar a ser su experiencia en Il Canova. Este restaurante presume de ofrecer unos de los más lujosos comedores de Venecia. Con todo, el escenario es íntimo (solo hay espacio para 65 huéspedes) y la atención del servicio no tiene rival. La cocina representa la esencia del Mediterráneo y la lista de vinos ofrece maridajes perfectos para cada plato.

Regentado por un amable matrimonio, Isabella y Dino, este refinado restaurante ofrece la cocina clásica veneciana, con preferencia por mariscos y pescados. Entre sus platos, las deliciosas flores de calabacín rellenas. Los dueños atienden personalmente a los comensales y procuran que se sientan bienvenidos. El aceite de oliva del propio restaurante es un excelente recuerdo de una comidad en esta auténtica osteria veneciana.

Spaghetti con cigalas o con almejas son dos de los mejores platos en oferta en este bullicioso restaurante, donde la mayoría de los comensales se sienta en la terraza para ver la vida pasar por la Via Garibaldi.

Muy céntrico, entre la plaza de San Marcos y el Rialto, este acogedor e íntimo restaurante es muy popular entre los gondoleros venecianos. Ha sido regentado por la misma familia por más de medio siglo. Alojado en una capilla del cinquecento de la familia Zorzi, luce techos abovedados y una chimenea decorada con frescos. En verano es posible cenar en el patio emparrado. La tradición veneciana domina en la carta con platos con platos como "sardelle in saor" (sardinas con pasas, piñones y cebolla).