Restaurantes en Roma

Regentado por tres hermanos, Il Convivio es uno de los principales templos de la gastronomía de Roma. El más joven de los hermanos, el chef, Angelo, combina ingredientes básicos de la cocina italiana con toques inesperados para lograr platos de sublime exquisitez. El restaurante tiene tres elegantes salas (dos de ellas con murales en las paredes), y el personal es muy profesional. Todo ello cuenta para ofrecer una experiencia culinaria redonda.

Fundado en 1966 y considerado como el mejor restaurante de pescados de Roma, La Rosetta se encuentra en una tranquila calle cerca del Panteón. El interior es sencillo aunque elegante. Una comida típica puede incluir pulpo a la parrilla con tiras de calabacín, seguido de rigatoncini con ragout de mero y salteado de queso ricotta, todo acompañado de los mejores vinos.

Justo al lado del Campo dei Fiori, este íntimo restaurante en una zona marcadamente turística es una joya de la cocina regional italiana, bien ejecutada al tiempo que creativa. Además, las opciones para vegetarianos son excelentes. El interior es muy acogedor; los ingredientes, orgánicos; el pan y la pasta, caseros, al igual que los postres, que merecen una instantánea para enviar a los amigos. También son recomendables las deliciosas tablas de salami y quesos.

Open Colonna impresiona por sus espacios, con paredes y techos de cristal a la espalda del Palazzo delle Esposizioni. El restaurante se debe a la labor del chef Antonello Colonna, internacionalmente reconocido. En correspondencia con la modernidad del escenario, el menú se centra en la nueva cocina romana, con platos como pasta filo rellena de bacalao y caviar y baño de crema de limón. El menú de dos platos para el brunch de sábados y domingos tiene un precio excelente.

Este original bar rinde homenaje a los deliciosos quesos llegados diariamente de la vecina región de Campaña y la cremosa variedad de Puglia conocida como burrata. Su decoración minimalista fusiona acero con madera y columnas, con un aire de sushi-bar que ofreciera quesos en lugar de pescado. Uno puede comer en la barra o sentarse a una mesa en el comedor.

Una perfecta pizza romana es fina, con algo de crujiente corteza y bien cubierta de tropezones. Se sirve todavía crepitando, directamente del horno y, sin duda, en Da Baffetto es uno de los mejores sitios para probarla, como corrobora la presencia de muchos famosillos y futbolistas. Ahora bien, es difícil librarse de las colas de devotos para entrar al local. Recomendamos la fritura de flores de calabacín como entrada, antes de pasar a las pizzas típicas de Roma, como la de queso provola y speck (jamón tirolés con sabor a enebro) o la de alcachofas y champiñones.