Florencia Hoteles

En lo que a puro lujo al viejo estilo, nada puede superar al Grand Hotel, en la orilla norte del Arno, con fantásticas vistas del río. Muy céntrico, el establecimiento, que albergó el primer desfile de modelos del gurú de la moda Emilio Pucci en 1930, continúa proporcionando a numerosos actos y eventos el deseado glamour. Las 107 habitaciones y suites disponen de aire acondicionado, mini-bar, televisión por cable, conexión a internet, radio y teléfono. En cuanto a estilismo, las estancias varían del lujo florentino, contenido y de bordes dorados, a la desatada opulencia de oros y terciopelos. También hay unas pequeñas instalaciones deportivas.

En un nivel superior del lujo, este extraordinario palacio alberga 12 espectaculares suites en cuatro pisos, llenos de antigüedades y mobiliario suntuoso, con gigantescos espejos y paredes decoradas con frescos. La familia propietaria mantiene su residencia dentro del palacio, así que alojarse aquí es como sumergirse en el mundo de la realeza florentina. Las vistas de la ciudad desde la azotea son increíbles, con los principales monumentos de Florencia a apenas 500 metros.

No lejos del Ponte Vecchio, este hotel lleno de encanto y arte cuenta con una clientela de jóvenes y modernos diseñadores y artistas. Sus 65 habitaciones y 9 suites son grandes para un boutique hotel y aprovechan al máximo el espacio y la luz para crear unos interiores atractivos y modernos, un mundo completamente aparte del loco ajetreo en el exterior. Todas las habitaciones cuentan con televisión vía satélite, módem y aire acondicionado. Por su parte, las partes públicas son una verdadera galería de arte contemporáneo. También hay una biblioteca con 400 libros que los húespedes pueden tomar prestados. El Fusion Bar Shozan del hotel mezcla cocina mediterránea y oriental, así que se puede degustar un exquisito sushi mirando al Arno bajo las estrellas.

A un corto paseo de la estación central, este elegante hotel de cuatro estrellas supone una buena opción para los recién llegados a la ciudad. Alojado en un palazzo típico toscano del siglo XIX, en su día residencia de príncipes florentinos, el Baglioni dispone de 193 habitaciones de techos altos, con suelos de parquet o tarima decorados y pesados cortinajes. Entre los huéspedes de honor se incluyen Orson Welles y Rodolfo Valentino. El orgullo de este establecimiento es su restaurante en la azotea, la Terrazza Brunelleschi, donde durante el verano se organizan eventos. Las vistas de la escultórico campanario de Giotto y de los evodores tejados de terracota de la Florencia medieval son maravillosas.

Superior a su categoría, esta pensión con clase y alojada en un palazzo del siglo XIX ofrece 11 habitaciones de estilo ecléctico (camas con dosel, cortinas de seda y brillantes colores). Situada en una calle tranquila a 10 minutos caminando del Duomo, este establecimiento de ambiente cómodo y hogareño dispone de una bella azotea con vistas panorámicas. El comedor para el desayuno tiene suelos de madera, alfombras llamativas y cuadros en las paredes.

Un monumental edificio renacentista alberga este hotel familiar con 16 habitaciones pequeñas, pero cómodas, con o sin baño. Todas disponen de ventanas con doble acristalamiento, ventiladores en el techo con mando a distancia y calefaccion. La mayoría de ellas disfrutan de hermosas vistas por encima de los famosos tejados rojizos de Florencia y del laberinto de callejuelas. El hotel está limpio y, además, bien localizado, cerca de la estación central.

Este antiguo convento medieval es ahora un increíble hotel, para nada monástico, a cinco minutos caminando del Duomo. El exterior no es especialmente atractivo, pero el interior destaca por estupenda ambientación. En algunas habitaciones cuelgan hermosas pinturas y aquí y allá se encuentran antigüedades y bellas alfombras. En otras, hay frescos en las paredes o camas con cabeceros tallados o techos de viga vista o paredes paneladas. Algunas tienen acceso a pequeños jardines. Como unos cuartos son mejores que otros, es recomendable pedir una de las mejores, bien con frescos, con terraza o porche.