Dublín Hoteles

Es el hotel más suntuoso de Dublín y sus 142 habitaciones ocupan cuatro edificios de la época georgiana catalogados por su valor histórico-artístico. El conjunto ha sido restaurado con esmero para mantener el espíritu y la elegancia del legado histórico y conseguir la comodidad moderna que exigen en las instalaciones sus 5 estrellas. En el hotel está el restaurante con dos estrellas Michelin del aclamado chef Patrick Guilbaud. Las instalaciones también miman el descanso de sus huéspedes con piscina de buen tamaño, gimnasio y balneario. Los jardines son una muestra estupenda de paisajismo formal y crean un refugio de serenidad que contrasta con el ritmo frenético del centro urbano, donde se ubica el hotel.

El hotel Morrison, recientemente ampliado, disfruta de una envidiable localización en la orilla norte del río Liffey, cerca del puente del Milenio. Es un oasis de tranquilida y una excelente muestra del talento del diseñador irlandés de prestigio internacional John Rocha. El interior es descaradamente chic, moderno y minimalista. Se ha creado un entorno espacioso, cómodo y sin florituras, yuxtaponiendo madera, piedra y acero con tejidos exóticos y terciopelos de vivos colores en una suerte de "Oriente se encuentra con Occidente". Las 138 habitaciones están equipadas con los más modernos aparatos de alta tecnología y sus bares, restaurantes y la discoteca atraen a una nutrida y estilosa clientela local.

A pocos minutos del parque de Saint Stephen's Green, con vistas a la elegante plaza de Fitzwilliam, en el corazón del Dublín georgiano, el edificio del Number 31 fue residencia del afamado arquitecto irlandés, Sam Stephenson. En la actualidad se ha reconvertido con estilo en una casa de huéspedes sofisticada y reconocida con diferentes galardones por ofrecer alojamiento combinando la atención al detalle, el lujo y la sencillez. Las instalaciones, que invitan a sentirse como en casa, ocupan dos edificios impresionantes (una hermosa casona georgiana y su antigua cochera) y ofrecen diferentes tipos de habitaciones con baño, además de aparcamiento.

Este sexy hotel boutique supone una respuesta desafiante a la acuciante situación económica del país. Sus huéspedes más elegantes y lo que queda del adinerado vecindario hacen la pasarela por su bar, donde en un ambiente de los más cool tienen la posibilidad de saborear cócteles de primera calidad. Las 55 habitaciones de diseño individualizado han conseguido galardones a este establecimiento y, en verdad, se encuentran entre las más conseguidas del país, por su estilo y comodidad. Entre sus toques de distinción incluyen bases dock para ipod cargadas con una visita guiada de la ciudad, caja fuerte para portátiles y mármol italiano en los baños.

Es una opción económica que está en pleno centro, con la estación de tren principal muy a mano. El edificio se remonta al siglo XIX antes de la época en que a todo establecimiento hotelero le diera por la moda del hotel boutique. Es de la vieja escuela dublinesa y, como tal, presume de detalles de época. La fachada, las zonas públicas y las habitaciones han sido restauradas recientemente. Un guiño a la actualidad supone el servicio wifi gratuito, aunque solo esté disponible en el bar.

Muy céntrico, esta asequible casa de huéspedes ofrece 31 habitaciones básicas, pero cómodas, con tele y café o té sin salir del cuarto. La zona de Temple Bar está relativamente cerca para ir a pie.