Historia de París
El pasado de la ciudad se refleja en muchos de sus rincones. Hoy, la actividad se concentra todavía en la Cité, lugar en el que se instalaron hace más de dos mil años las primeras tribus celtas, y donde sobrevivían a duras penas. Más adelante, los romanos se asentaron en este enclave estratégico en medio del río Sena, un cruce natural entre Alemania y España, y lo conquistaron en el año 52 a. de C.
A pesar de que estuvo en manos británicas desde 1420 a 1436, varios reyes franceses impulsaron la centralización de Francia y convirtieron a París en el corazón cultural, político y económico del país.
A pesar de su gran tamaño y población, todo lo que merece la pena ser visitado se encuentra dentro de la circunvalación parisina del Boulevard Périphérique. El centro de París es bastante compacto y se puede visitar a pie o utilizando la eficiente y amplia red de Métro cuando flaqueen las piernas. El vital río Sena divide perfectamente a la ciudad en dos y el práctico sistema de arrondissements (distritos) la distribuye en bloques muy manejables.
La historia de París se puede descubrir a través de sus inconfundibles barrios. El montañoso Montmartre, con su ambiente pueblerino, fue el epicentro de la Comuna de París en 1871; el Marais evoca el París medieval, con calles serpenteantes que contrastan con los anchos bulevares de Haussmann, concebidos por Napoleón III para contener a las muchedumbres. Estas grandes avenidas del siglo XIX aún dominan la ciudad, y se intercalan hoy con creaciones modernas.
Los grands travaux (grandes proyectos) del presidente Mitterrand añadieron a la ciudad el Grande Arche de la Défense, la ultramoderna Opéra de la Bastille, el impresionante Institut du Monde Árabe y la pirámide de cristal del patio central del Louvre.
La variedad de los barrios, que tanto caracteriza al ambiente de París, también se extiende a su población. Son mayoritariamente franceses los que habitan cómodamente el elegante arrondissement 16, mientras que los inmigrantes africanos y de Europa del este viven en barrios más modestos como los pujantes Belleville y Goute d’Or. Los barrios judíos incluyen el ajado barrio de Sentier y el moderno Marais, que también constituye en centro gay de París. Las zonas emergentes son Bercy, donde nuevos pisos, bares y restaurantes atraen hacia el este un público joven y con poder adquisitivo.
París es hoy la ciudad más visitada del mundo, pero no está exenta de problemas. La emigración ha causado varias veces violentos disturbios, normalmente en los barrios de la periferia. También, la silueta de la ciudad tendrá un nuevo perfil en el próximo decenio. Los nuevos proyectos de rascacielos para la ciudad tendrán el reto y el aliciente de hacer París una ciudad verdaderamente sostenible. Pase lo que pase, parece que París nunca perderá su primer puesto.