Restaurantes en Barcelona

Alkimia es uno de los mejores restaurantes gracias a la creatividad culinaria de su joven chef, Jordi Vilà, quién ha ganado una estrella Michelín gracias a sus giros de la tradicional cocina catalana. Arroz de ñoras y azafrán con cigalas, o manzana asada con chocolate negro y helado de eucaliptos son algunas de las delicias que puedes encontrar en la carta. Hay una menú del día por poco menos de 40 euros. El restaurante es blanco minimalista con una clientela ultra-cool. Es imprescindible reservar.

Desde el primer día que abrió el restaurante de Carles Abellán ha estado en boca de todos los barceloneses. Tras pasar por la cocina del maestro Ferrán Adrià, Carles se ha especializado en tapas de lujo en su menú. La cocina catalana es la base de la mayoría de los platos de Abellán, aunque el chef no duda en experimentar con platos de sabores orientales, italianos, andaluces o americanos. El resultado hace la boca agua: pizza sashimi de atún con salsa viangreta de wasabi o hamburguesa con foie gras y trufas. La decoración es minimalista de tonos grises e influencias orientales.

El restaurante se encuentra en lo que fue el taller del diseñador de alta costura, Balenciaga. Su ingeniosa y elegante decoración es casi tan impresionante como su menú. El francés Jean-Luc Figueras crea modernos y originales platos como gambas fritas con pasta de jenjibre en salsa de mango y mostaza, sin seguir modas ni pautas de cocina. El marisco suele ser el protagonista de su menú, aunque también los platos de carne tienen su hueco. Los postres del maestro confitero, Jordi Butrón, son excepcionales. Jean-Luc Figueras es caro, pero es un dinero bien merecido. Es imprescindible reservar.

Arc Café es un gastrobar a cargo de Thomas y Willi, dos alemanes afincados en Barcelona. La cocina es una mezcla de platos mediterráneos, caribeños y orientales como curry tailandés o hamburguesas picantes vegetarianas, todo preparado delante de los clientes en una cocina abierta al comedor. A pesar de que la mayoría de los platos son vegetarianos, también hay espacio en el menú para los carnívoros. El restaurante se encuentra en una callejuela muy cerca de la Plaça Reial, muy a mano para tomar una copa tras la cena.

La Fonda es parte de una cadena que ofrece cocina catalana tradicional, como butifarra con alubias o crema catalana. La abundancia de plantas, madera y su galería, ayudan a crear una atmósfera muy espaciosa. El restaurante es muy popular, sobre todo durante el almuerzo, así que se recomienda reservar con antelación.

El edificio donde se encuentra el restaurante es monumento nacional, y además fue telón de fondo de la primera fotografía tomada en España en 1840. Entre sus comensales figuran reyes, politicos y famosos, como Alexander Fleming o Ava Gardner. Tanto el decorado como la cocina son puramente mediterráneos: paella, zarzuela de pescado o fideuá (pasta con marisco). Sin duda, uno de los favoritos de los barceloneses.

Aunque su decoración deja mucho que desear, su comida es excelente. Muchos de sus ingredientes son importados de Méjico y los cocina con gran esmero un chef mejicano. Los margaritas, los tacos y el guacamole son exquisitos así como sus originales postres: mousse de lima y tequila.

Como no se podía esperar menos de un restaurant vasco, aquí se sirven algunos de las mejores tapas de la ciudad, desde el más simple pincho hasta la más elaborada tapa. El local, situado en el Centro Cultural Vasco, empieza a servir tapas sobre el mediodía y luego otra vez alrededor de las siete de la tarde. Sus especialidades son: pollo tempura con mayonesa de azafrán, y provolone (queso italiano) derretido con mango y jamón crujiente.

Posiblemente uno de los pocos secretos en el escenario culinario de Barcelona: barato, auténtico y cocina sabrosa. Tanto a la hora de comer como en la cena, el restaurante está siempre a rebosar. Hay siempre mucho ambiente, y puede llegar a ser demasiado ruidoso para aquellos que buscan una cena tranquila a la luz de las velas. Es el lugar para presupuestos ajustados en tiempos de recesión.