Restaurantes en Colonia

Es un restaurante para una ocasión especial. En una noche de verano se puede disfrutar de un menú para gourmets, basado en la cocina clásica francesa y mediterránea, galardonado con las estrellas Michelín. Desde su terraza cubierta en el décimo primer piso la vista de Colonia es fantástica. Es uno de los restaurantes más famosos de la ciudad por la calidad de sus comidas y por su ambiente. Ni que decir tiene que los precios van de acuerdo a tan alta reputación.

En Em Krützche, una casona del siglo XVI al lado del río en el barrio de Alstadt, puedes darte el lujo de comer en la misma sala revestida de madera en la que Bill Clinton y Tony Blair disfrutaron de un excelente menú con recetas típicas de la zona, como arenques, sauerbraten (un guiso de ternera), salmón salvaje y cochinillo asado. Los postres son más que deliciosos.

La gastronomía alemana es el quid de este restaurante gourmet, que centra su recetario en las especialidades del Valle del Rin. Su carta de vinos reúne más de 250 caldos alemanes. Además, el local se opone a la corriente más común en restauración invitando a los comensales a fumar en la sobremesa con un licor o un café. Está a 30 minutos en coche del centro de Colonia, pero el desvío merece la pena. Está considerado entre los 100 mejores restaurantes de Alemania.

Te animamos a comer en el restaurante de esta típica cervecería. Ofrece sustanciosas y abundantes especialidades de Colonia, como el reibekuchen (tortitas de patata) y el sauerbraten (ternera en vinagre). La cervecería organiza a menudo actuaciones de músicos locales, así que dependiendo de la fecha, puedes tener la oportunidad de disfrutar de una noche ruidosa y animada.

Curry Cologne es el lugar para apuntarse a la moda alemana del tentempié de salchicha al curry (currywurst), patatas fritas y sauerkraut. Este local ofrece una amplia gama de salsas, además del típico ketchup: chile, mayonesa, ali-oli o, simplemente, sin nada. Barato, sabroso y divertido.

Esta antigua y acogedora posada (weinstube) sirve cocina alsaciana en un ambiente rústico, lleno de vigas de madera y manteles a cuadros. Su especialidad son los flammbuchen, una especie de pizza, que se hace con nata, crema de queso, bacon y más nata, no recomendable para tus niveles de colestorol, pero imprescindible para una cena deliciosa y un paladar agradecido. Es buena idea terminar con una generosa porción de helado de plátano caramelizado y palomitas.