Filipinas Comida y Bebida

A diferencia del resto de cocinas asiáticas, la cocina filipina se distingue por su moderado uso de las especias. Diferentes culturas como la americana, la china, la japonesa, la malaya y la española han dejado su huella y han hecho posible la delicada mezcla de culturas y sabores de la cocina filipina. Los platos regionales típicos están disponibles en la mayoría de los excelentes restaurantes de Manila. Los menos atrevidos pueden encontrar también restaurantes de estilo europeo y establecimientos de comida rápida. Los restaurantes suelen ser de estilo informal, aunque ofrecen servicio de mesa. El arroz es un alimento básico de la cocina filipina. La fruta es muy abundante y los frutos más típicos son mangos, papayas, plátanos, chicos, lanzones, guavas y rambutans. En los mercados locales se pueden comprar conservas como atsara (conserva agridulce de verduras) y postres típicos como Pili nut brittle bangus (dulce crujiente elaborado con suculentas nueces Pili, que sólo se encuentran en la región de Bicol).

Nota: Los bares suelen tener servicio de camareros y no existen leyes estrictas que regulen la venta de alcohol.

Especialidades nacionales:
El lechón se prepara en las fiestas y celebraciones de familia.
Kare-kare (estofado de rabo de buey en salsa de cacahuetes) servido con bagoong (pasta de langostinos fermentados).
Sinigang (carne o pescado servido con un caldo ligeramente agrio).
Adobo (cerdo estofado y pollo en salsa de soja con vinagre y ajo).
Pescado como bangui, langostas, cangrejos, gambas, ostras, atún, peces de agua dulce y el maliputo, que sólo se encuentra en los lagos de aguas profundas. Se sirve casi siempre cocido, a la parrila, frito o cocido al vapor y acompañado de kalamansi (limón local), bagoong (pasta de pescado) o vinagre con labuyo (pimiento local muy picante).

Bebidas nacionales:
Cervezas de fabricación local como la San Miguel.
Ron filipino.

Propinas

Se suele dejar el 10% del importe total a menos que el servicio esté incluido en la cuenta. Los hoteles suelen añadir un 15% de cargos por servicios, pero también es costumbre dejar una pequeña propina.