San Francisco Hoteles

A punto de cumplir un siglo, el Clift, ubicado en el barrio de los teatros, es todo un emblema de la ciudad. En su día conocido por los paneles rojos de su interior, hoy es admirado por el diseño de la restauración llevada a cabo por Philippe Starck. La labor del diseñador, como un hada madrina con su varita, convirtió el viejo Clift en un espacio de obligada visita, como prueba el bar Redwood Room, donde los autóctonos aficionados a los pequeños lujos se reúnen. Las 363 habitaciones son pequeñas pero están decoradas con elegancias en tonos grises y violeta. Sábanas de algodón egipcio, internet, spa y servicio de masaje en el propio dormitorio solo suman puntos a su alta categoría.

Los huéspedes que se alojan aquí, en el tercer edificio más alto de la ciudad, lo hacen tanto por trabajo como por placer. Todas las habitaciones cuentan con fantásticas vistas panorámicas de San Francisco (las habitaciones disponen prismáticos) y también con una moderna decoración con sofisticados toques asiáticos, sábanas de algodón egipcio, baños de mármol y profundas bañeras. El hotel dispone de un centro de negocios y varias salas de conferencias. Los clientes del hotel pueden alquilar ordenadores portátiles y móviles si lo desean. El hotel cuenta también con gimnasio, con televisiones de pantalla plana. Hay además un restaurante asiático-californiano de gran categoría, Silks.

Uno de los hoteles boutique más pequeños de San Francisco, el Orchard tiene 104 habitaciones, nueve suites incluidas. Entre sus detalles de lujo: las sábanas y las toallas, las maderas balinesas, los baños de granito negro, esponjosos albornoces, reproductores de DVD y CD con sonido surround, internet y minibar. Hay buffet de desayuno en la planta baja. Las techos abovedados, las ventanas con arcos y los mármoles de la recepción se realzan con la calurosa bienvenida del portero. El propietario es el mismo del Orchard Garden, un poco más abajo en la calle Bush Street, que es un auténtico hotel ecológico, el tercero de EEUU en conseguir la certificación LEED (Liderazgo en diseño sostenible, respetuoso con el medioambiente y el ahorro de energía).

El chisporroteo en las chimeneas de las 26 habitaciones dan un toque de calidez y encanto a esta casa de huéspedes de estilo inglés. Romántico y lleno de encanto, con paneles de madera oscura, gruesas alfombras de flores, elegantes muebles y encantadoras piezas de arte, el White Swan ofrece el lugar ideal para relajarse y dejar el tiempo pasar. El precio incluye el buffet casero, copa de vino por la noche en el salón, biblioteca para el uso de los huéspedes, minibar en la habitación con bebidas gratuitas, albornoces y cafetera. El desayuno en la habitación es un servicio extra. También hay vales para el aparcamiento. Es un buen plan para al menos un par de noches.

Otro establecimiento con aire de posada de la campiña inglesa y que lleva abierto desde 1915, así que puede presumir de formar parte del patrimonio histórico de la ciudad. El edificio cuenta con gran variedad de habitaciones y también de tarifas. Por eso, es conveniente comparar precios y ver si hay alguno que se ajuste mejor al presupuesto. Las habitaciones son cómodas y, además, hay gimnasio, una marisquería y un pub de estilo inglés. Si se quiere tirar la casa por la ventana, hay la opción de alojarse en una de sus suites o de sus cottages.

Las personas que asocian los hoteles contemporáneos con decoración aséptica en blanco quirúrgico, se llevarán una sorpresa cuando vean la explosión de color del Hotel Diva. Las habitaciones tienen moqueta en tono cobalto y las mesas y los cabeceros van en acero inoxidable. Para los románticos, el hotel cubrirá su cama con pétalos de rosas y le facilitará productos de baño seductores. El hotel, además, mantiene una guía del ocio, con las mejores opciones de entretenimiento y los restaurantes más populares. Hay servicio de habitaciones desde el restaurante California Pizza Kitchen. El servicio de aparcacoches y aparcamiento son opcionales.